Boxie
Llegó pequeña y vivaracha. Siempre alegre y con ganas de comunicarse a su manera. Era de diferentes tipos de marrón como una mezcla boricua de pastor alemán.
Me recibía cuando llegaba de la universidad, luego cuando establecí mi negocio las jornadas se hicieron más largas y no nos veíamos mucho pero no guardaba rencores. Siempre estaba lista para hacerme feliz.
Hace unos años se perdió y a la semana nos llamaron para decirnos que la habían encontrado. Que noticia tan increíble. Fuimos inmediatamente a la casa que nos indicaron con el temor que no fuera ella la que habían rescatado.
Cuando nos acercamos a la puerta la dueña de la casa la llamó y caminaba con una tristeza y desgano que no eran típicos de ella. Una vez se percató que su familia estaba allí comenzó a aullar sin parar como dándole gracias al universo por habernos encontrado. Las personas que la cuidaron estaban impactadas con la alegría de ella. Lloramos todos de emoción. Un animalito hacia todo lo que estaba a su alcance para dar las gracias y demostrar su amor hacia su familia.
Es una historia increíble que nunca cuento pero ese fue uno de los momentos más emotivos de mi vida.
Hace unos días la noté cansada y con la respiración rara. Las caderas se le empezaron a aflojar. La vida se le estaba apagando. Aún en su agonía siempre tuvo la delicadeza de mover su rabito para reiterar su "aquí estoy para ti".
Boxie lloraba cuando yo salía a caminar y cuando llegaba corría emocionada a recibirme. Esa alegría tan contagiosa y desinteresada son modelos de humanidad. Ojalá muchos tuviéramos el entusiasmo y el amor desinteresado de nuestras mascotas. Sin duda el mundo fuera otra cosa.
Hace un ratito fui a ver como seguía y de sólo pararme al lado supe que ya había partido. No hubo esfuerzo ni emoción de su parte. Nunca me había parado a su lado sin que se emocionara. Que tristeza saber que ya no está la perrita que tanto quise.
Me quedo con el recuerdo de una gran perrita que siempre vivirá en nuestros pensamientos. Gracias por tanto amor.
Me recibía cuando llegaba de la universidad, luego cuando establecí mi negocio las jornadas se hicieron más largas y no nos veíamos mucho pero no guardaba rencores. Siempre estaba lista para hacerme feliz.
Hace unos años se perdió y a la semana nos llamaron para decirnos que la habían encontrado. Que noticia tan increíble. Fuimos inmediatamente a la casa que nos indicaron con el temor que no fuera ella la que habían rescatado.
Cuando nos acercamos a la puerta la dueña de la casa la llamó y caminaba con una tristeza y desgano que no eran típicos de ella. Una vez se percató que su familia estaba allí comenzó a aullar sin parar como dándole gracias al universo por habernos encontrado. Las personas que la cuidaron estaban impactadas con la alegría de ella. Lloramos todos de emoción. Un animalito hacia todo lo que estaba a su alcance para dar las gracias y demostrar su amor hacia su familia.
Es una historia increíble que nunca cuento pero ese fue uno de los momentos más emotivos de mi vida.
Hace unos días la noté cansada y con la respiración rara. Las caderas se le empezaron a aflojar. La vida se le estaba apagando. Aún en su agonía siempre tuvo la delicadeza de mover su rabito para reiterar su "aquí estoy para ti".
Boxie lloraba cuando yo salía a caminar y cuando llegaba corría emocionada a recibirme. Esa alegría tan contagiosa y desinteresada son modelos de humanidad. Ojalá muchos tuviéramos el entusiasmo y el amor desinteresado de nuestras mascotas. Sin duda el mundo fuera otra cosa.
Hace un ratito fui a ver como seguía y de sólo pararme al lado supe que ya había partido. No hubo esfuerzo ni emoción de su parte. Nunca me había parado a su lado sin que se emocionara. Que tristeza saber que ya no está la perrita que tanto quise.
Me quedo con el recuerdo de una gran perrita que siempre vivirá en nuestros pensamientos. Gracias por tanto amor.
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| La noche que encontramos a Boxie tras una semana perdida. |
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