Emprender está de moda / a la moda aunque se jo…
Desde hace unos años estamos viviendo la
vorágine empresarial nacional. “Establece tu empresa”, “materializa tu idea de
negocio aquí”, “abre tu negocio hoy”…y yo francamente no puedo más. Establecí mi negocio en el 2004 y ha sido
duro, durísimo. Cuando se trabaja por cuenta propia todo el mundo que paga por tu servicio o producto pasa a
ser tu jefe, no hay horarios establecidos, no te puedes coger un break, en fin
no hay paz mental. Por supuesto esto aplica a las microempresas y a las pequeñas
y sepa que para estar ahí debe vender hasta 3 millones al año. Ya las empresas
medianas y grandes cuentan con unos procesos más estandarizados que permiten al
propietario tener más flexibilidad. Pero, autogestión, trabajar por tu cuenta,
ser autónomo como le dicen los españoles, está cañón.
Yo misma he fomentado la apertura de
empresas por los pasados años pero la realidad fiscal que enfrentamos hoy, más
las medidas de austeridad a ser
implementadas por la Junta de Control Fiscal nos hace repensarnos y no
creo que sea responsable llevar el mensaje de reinvéntate emprendiendo un
negocio. Se que me caerán chinches, podré decepcionar a algunos o confundir a
otros pero entienda que ser empresario no es cáscara de coco y mucho menos en
estos tiempos.
Que si en tiempos de crisis nacen las
mejores ideas, que sobrevive el más fuerte, que con consistencia en servicio,
calidad y horario pueden sobrevivir, sí; todo eso lo he dicho y lo sostengo
pero este momento histórico por que el atraviesa el país no es el ambiente más
saludable para arriesgarlo todo porque “este es el momento de emprender”.
Existe todo tipo de colega que te seduce con un mensaje esperanzador de que
todo es posible pero si vamos a los números puede convertirse en un cuento de
terror.
Yo no me dedico a fomentar el desarrollo
de empresas a tutiplén, sí de las que tienen un plan establecido, proyecciones creíbles enfocadas
en tendencias reales y de gente que sabe que para alcanzar las metas con mucha
probabilidad tenga que trabajar 16 horas al día y aún así ser el último en
cobrar. Ser empresario requiere solidaridad, consistencia, disciplina, carisma,
empatía, ética y un compromiso inquebrantable. Virtudes que son jamaquedas
constantemente con las incongruencias que nos toca vivir, los “billete sobre
billete no hay cu__ que se sujete" y los “ay bendito” entre otros tantos.
Yo sí puedo ayudar a hacer alianzas
estratégicas entre empresas nacionales, promover los servicios y productos que
hacemos aquí, reforzar y apoyar toda empresa establecida que desee y esté en
condiciones de enfrentar lo que viene y jamás dejaré de llevar el mensaje de “defiende
lo de aquí primero”. Pero sin una política púbica a favor de las pymes, sin
gremios que se desvivan por este sector y sin un plan de desarrollo solidario y
sostenible no podemos ir creando empresas en masas como si los empresarios se
forjaran en una línea de producción.
Hacer un negocio no es cosa de 24 horas,
es un reto constante, lleno de emociones y factores externos que muchas veces
son difíciles de controlar. Si tienes un deseo inmenso de emprender o estás por
abrir tu negocio como quiera cuentas con mi apoyo y respaldo porque casi todas
mis compras las hago en comercios locales porque es lo que creo correcto. No es
un llamado a quitarnos los guantes ni a renunciar a ningún sueño. Lo que propongo
es que seamos más calculadores al momento de lanzarnos al ruedo empresarial,
más exigentes y no dormirnos con los cuentos de camino. Recuerda que el camino
al infierno está pavimentado de buenas intenciones. Busca a gente que haya
fracasado, que sepa que tener un negocio no es fácil y que aún así tenga esa
resiliencia necesaria para continuar.
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