País de mierda



Mediáticamente lo negativo y trágico es lo más que vende. Crisis, quiebra, tragedia, caos, son las palabras que inundan los titulares de todos los medios (p
or eso el titular de esta entrada, si le pongo "Resiliencia" a lo mejor nadie lo lee).  Hay una incertidumbre general y un desdén que es más contagioso que el catarro de temporada. Sin embargo existen héroes anónimos que llenan de optimismo, solidaridad y fuerza a los puertorriqueños.
Yo tengo la dicha de estar rodeada de muchos de esos héroes anónimos y estoy segura que el que lee esto también podrá identificar a esas personas que lo rodean y que hacen de nuestros días unos llenos de esperanza.
Basta ya de enfocarnos en lo negativo, este es el momento de echar el resto.
Una de las personas que me rodea y que me motivan a vivir intensamente comprometida lo es mi amigo Wilmer. Con mucha emoción y devoción abrió un coffee shop en Cabo Rojo y apostó su tiempo, esfuerzo y dinero en echarlo pa' lante. El negocio iba con éxito pero problemas con el servicio de energía eléctrica y con construcciones aledañas afectaron a tal punto su emprendimiento que tuvo que cerrar. Tenía empleados y una inversión allí y lo perdió. El no se sentó a lamentarse, el continuó con más empeño y se dedicó a su coffee shop en la Plaza Colón de Mayagüez. Se obsesionó con crear empleos y recuperar un espacio público. Además de vender café y comida, el promueve lo local e impacta a decenas de familias diariamente a través de la adquisición  de productos y servicios. Hoy tiene 4 tiendas y no se quita. Trabaja 16 horas al día y no se queja.
Hay personas como mi hermana quien perdió a su hijo el mismo día que declararon chatarra al crédito del gobierno. ¿A quién de mi familia le importó el crédito? A nadie. El dolor ante la pérdida de un angelito de 5 meses no se puede comparar con nada. Mi hermana se recuperó, vive sus días con esperanza y trabaja incansablemente para que Puerto Rico brille ante el mundo. Nunca la he escuchado quejarse y no está pendiente a que si trabajó muchas horas o demasiado. Ella simplemente ama lo que hace y eso le basta. Se levantó del golpe más brutal que puede vivir una madre y continuó con empeño y dedicación sus responsabilidades como empleada pública y como puertorriqueña.
Estos son solo 2 ejemplos de resiliencia. Esa fuerza sobrenatural que tenemos los seres humanos para superar las adversidades y salir adelante. Esa es la misma fuerza que necesita el país para enfrentar los grandes retos que se avecinan. Este es nuestro país y está en nosotros unirnos como un solo pueblo sin pensar en las horas que estamos invirtiendo, sin pretensiones, dejando egos y protagonismos a un lado y construyendo un mejor Puerto Rico para todos. Esta transformación no es imposible porque ya está pasando, solo falta que te unas tu. Este país no es un país de mierda, es un país en reconstrucción y es vital que te insertes en este proceso.

 


Comentarios

  1. De acuerdo, Karla. También estoy harto de comentarios negativos que sólo producen desesperanza. Que nos sigan inspirando Wilmer, Amaryllis y tú, entre miles y miles que tienen la resiliencia para hacer ajustes y compensar el abarrotado transitar de los pesimistas, sobre todo los perversos. En lucha y resistencia, como firma Oscar.

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