Maestro (de cinco meses)

Nació en una linda mañana de agosto. Con él, la alegría y la ilusión de una familia que se desbordó en amor. Su fragilidad y delicado cuerpo lo hacían merecedor de mimos extras por parte de todos y todas. Una mamá dedicada y un papá que hasta de trabajo cambió para estar más tiempo con su familia que crecía. Un hermanito de cuatro años lo esperaba con furor. Era el amor en su máxima expresión.
Al descubrir una condición cardiaca se tomaron los cuidados y tratamientos necesarios para que el pequeño Esteban Enrique tuviera la mejor calidad de vida. En sus primeros meses siempre estuvo con mamá quien lo apapachaba y cuidaba 24/7.  Respiró algo del verano, del otoño y del invierno. Aunque no se noten marcadamente las temporadas si conoció el viento, el sol y el fresco. Tuvo su primer disfraz de rockero, su día de acción de gracias, Navidad, fue a Guavate, despidió el año en familia y su día de reyes la pasó con papá y mamá en el hospital haciendo pre admisión para la operación que habían programado y que arreglaría su fallo cardíaco.
Fue impresionante verlo recién operado con sólo cinco meses de vida. Estuvo dos semanas en intensivo y allí estaba fiel su mamá; siempre acompañada de papá, de abuela, de titi, de abuelo, de madrina, padrino o tíos abuelos. Siempre rodeado de amor y de buena vibra.
El pequeño luchador salió del hospital lleno de sonrisas para todos. Su mirada tan bonita a todos cautivó.
Una mañana de febrero, Esteban dejó de habitar este plano terrenal. Mi hermana había dado a luz a un maestro. Su misión en la tierra ya había finalizado. Superó la prueba de su condición cardiaca, regaló alegría y esperanza a decenas a su alrededor y culminó su tarea en la tierra. 
Aunque el era maestro, nosotros teníamos mucho que aprender. Tuvimos los días más dolorosos de nuestras vidas pero jamás estuvimos solos.
Un batallón de amigos y familiares nos apoyaron y calmaron con su abrazo y solidaridad. El dolor, la impotencia y la desilusión que sentimos al perder a Esteban fue inmensa, pero como dijo mi valiente hermana al despedir el duelo de su bebé, "cada abrazo que recibí fue sanando mi corazón".
A pesar de haber vivido los días más tristes de nuestras vidas, estamos de pie, unidos como siempre y con la esperanza de que nuestro angelito intercederá por nosotros y nos guiará a vivir con más empatía, humildad y hermandad.
Que cada día podamos honrar su memoria regalando alegría a los demás. Gracias Esteban por enseñarme tanto en tan poco tiempo. Sabes que nunca te olvidaré.

Comentarios

  1. Leyendo tu texto, me acordo uno de uno de mis libros preferidos "El pequeño George: autobiografía de un ángel"

    EL PEQUEÑO GEORGE by James J.
    Este libro nos devuelve la emoción de las primeras revelaciones, aquellas que nos hicieron comprender que la muerte es un paso inevitable, o que la belleza del mundo no es dada, sin más, como un regalo para nuestros sentidos. En su breve estancia en la Tierra, George, el pequeño ángel, nos lleva a plantearnos cuestiones esenciales de nuestra misión en la vida.

    Un abrazo en amor, paz y gratitud. TQMMM!

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