Ni hablar
Cada día hay un issue nuevo en la isla del encanto. Son tantos que es difícil escoger de cual escribir. Dejé de escuchar radio AM porque estaba adicta a la noticia. Quería estar enterada de todo lo que acontece en el país, pero me rendí. Las noticias son un morbo constante repleto de negatividad y agresión. Ahora solo leo las noticias a través de sus versiones online y me basta. Quiero vivir, trabajar, luchar y las noticias no me dejan.
Escuchar a los mismos "analistas" o más bien anaLISTOS todos los días se volvió desesperante. Cada uno con sus agendas, con escasa representación de la mujer y del pela'o...no hay espacio para mi. Es fácil hablar y tener contratos por el lado sin conocer la necesidad por experiencia propia.
Algunos medios parecen que son encargos de farmacéuticas, luego de escucharlos se necesitan antidepresivos y alguna que otra pepa para la presión.
Sin embargo no pierdo las esperanzas. Soñaba con la desaparición de La Comay y se materializó (no se si viene por ahí en otro canal). Aunque tampoco veo TV, era tétrico leer en las actualizaciones de los medios después de las siete de la noche una nota en la que la fuente principal era La Comay.
Por eso y muchas irresponsabilidades más no sigo de cerca a los medios de comunicación tradicionales.
Ahora sueño con medios de comunicación más inclusivos, más honestos, abiertos y con profunda responsabilidad en lo que reportan. Que dejen la guerra de lo dije yo primero y se peleen por el que mas espacio brindó a organizaciones sin fines de lucro, a empresarios locales, artistas nuevos, líderes comunitarios a jóvenes con ganas de ser escuchados.
No me interesa auspiciar ningún esfuerzo comunicativo que abone violencia y frustración. Por cada noticia negativa hay decenas positivas que pasan desapercibidas, esas son las que quiero oír, pero de esas son las que no quieren hablar.
Escuchar a los mismos "analistas" o más bien anaLISTOS todos los días se volvió desesperante. Cada uno con sus agendas, con escasa representación de la mujer y del pela'o...no hay espacio para mi. Es fácil hablar y tener contratos por el lado sin conocer la necesidad por experiencia propia.
Algunos medios parecen que son encargos de farmacéuticas, luego de escucharlos se necesitan antidepresivos y alguna que otra pepa para la presión.
Sin embargo no pierdo las esperanzas. Soñaba con la desaparición de La Comay y se materializó (no se si viene por ahí en otro canal). Aunque tampoco veo TV, era tétrico leer en las actualizaciones de los medios después de las siete de la noche una nota en la que la fuente principal era La Comay.
Por eso y muchas irresponsabilidades más no sigo de cerca a los medios de comunicación tradicionales.
Ahora sueño con medios de comunicación más inclusivos, más honestos, abiertos y con profunda responsabilidad en lo que reportan. Que dejen la guerra de lo dije yo primero y se peleen por el que mas espacio brindó a organizaciones sin fines de lucro, a empresarios locales, artistas nuevos, líderes comunitarios a jóvenes con ganas de ser escuchados.
No me interesa auspiciar ningún esfuerzo comunicativo que abone violencia y frustración. Por cada noticia negativa hay decenas positivas que pasan desapercibidas, esas son las que quiero oír, pero de esas son las que no quieren hablar.
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