Jaquetones
Ayer un chamaco joven casi con la descripción que da Casellas sobre sus consistentes atacantes, estuvo frente a la casa de mis papás. Es la descripción básica de cualquier puertorriqueño promedio: “trigueño” 5'5".
El sujeto en cuestión, dejó su carro bloqueando la entrada del vecino. Al par de horas regresó con su madre, el joven se había quedado sin gasolina. El vecino estaba esperando frente al carro del joven porque tenía que salir y no podía. Obviamente estaba molesto. El chamaco así sin más, le gritó: "que carajos quieres que haga, me quedé sin gasolina". A los infructuosos reclamos del vecino el chamaco ripostó: "sin cojones me tiene". Ahí la madre del joven comenzó a darle (como podía) y a decirle que estaba mal. A lo que el joven contestó: " tu dame más chavos, que con la mierda que me diste me voy a quedar a pie de nuevo".
Y se fueron. La madre en su Lexus y el en su Honda.
Tan fácil que hubiera sido decirle a cualquiera, mira ayúdame a mover el carro que me quedé sin gasolina. Pero no, el joven no se preocupó, ni le importó, se sentía invencible, altanero, el más jodón.
Al parecer estos son los hijos de la mano dura. Son criados por padres que han trabajado duro para darles lo mejor de forma material y poco de manera emocional. Son la generación que ha vivido con el poder de la inmediatez informativa al alcance de la mano, con la más increíble tecnología y como consecuencia: la falta de humanismo y socialización.
No quiero pensar en lo que depara a nuestro futuro con imbéciles en la gobernación que también bloquean nuestra salida, privatizando nuestro aeropuerto. Que eliminan los espacios públicos y parques. Que atropellan a la clase media trabajadora. Un gobierno que propicia la desigualdad social y empuja a los padres a partirse el lomo para que sus hijos tengan lo que la sociedad exige: celular, zapatos caros, laptop, iPad.. Se parten el lomo tanto que no le sobra tiempo para enseñarles que lo más importante en la vida es ser feliz. Son padres y madres que no tienen tiempo para hablar, para decirle a sus hijos que los aman, y más que para decirlo, demostrarlo con hechos y no con cosas.
Es un círculo vicioso en el que se nos va la vida, literalmente. Aquí el más jaquetón es rey. Los hay de mediana edad de apellido Casellas, blancos blanquísimos y los hay jovenes, de apellido Amador, negros. Los hay con posiciones de poder y los hay en las gradas. Los hay capitaneando el Senado y los hay dirigiendo un punto de drogas. Los hay en cualquier barrio, matan a su pareja porque consiguió un trabajo y le dan celos.
¿Será muy difícil lograr que regrese el humanismo a los humanos? ¿O tendremos que vivir con pánico y rendir pleitesías hasta al que te bloquea la salida?
El sujeto en cuestión, dejó su carro bloqueando la entrada del vecino. Al par de horas regresó con su madre, el joven se había quedado sin gasolina. El vecino estaba esperando frente al carro del joven porque tenía que salir y no podía. Obviamente estaba molesto. El chamaco así sin más, le gritó: "que carajos quieres que haga, me quedé sin gasolina". A los infructuosos reclamos del vecino el chamaco ripostó: "sin cojones me tiene". Ahí la madre del joven comenzó a darle (como podía) y a decirle que estaba mal. A lo que el joven contestó: " tu dame más chavos, que con la mierda que me diste me voy a quedar a pie de nuevo".
Y se fueron. La madre en su Lexus y el en su Honda.
Tan fácil que hubiera sido decirle a cualquiera, mira ayúdame a mover el carro que me quedé sin gasolina. Pero no, el joven no se preocupó, ni le importó, se sentía invencible, altanero, el más jodón.
Al parecer estos son los hijos de la mano dura. Son criados por padres que han trabajado duro para darles lo mejor de forma material y poco de manera emocional. Son la generación que ha vivido con el poder de la inmediatez informativa al alcance de la mano, con la más increíble tecnología y como consecuencia: la falta de humanismo y socialización.
No quiero pensar en lo que depara a nuestro futuro con imbéciles en la gobernación que también bloquean nuestra salida, privatizando nuestro aeropuerto. Que eliminan los espacios públicos y parques. Que atropellan a la clase media trabajadora. Un gobierno que propicia la desigualdad social y empuja a los padres a partirse el lomo para que sus hijos tengan lo que la sociedad exige: celular, zapatos caros, laptop, iPad.. Se parten el lomo tanto que no le sobra tiempo para enseñarles que lo más importante en la vida es ser feliz. Son padres y madres que no tienen tiempo para hablar, para decirle a sus hijos que los aman, y más que para decirlo, demostrarlo con hechos y no con cosas.
Es un círculo vicioso en el que se nos va la vida, literalmente. Aquí el más jaquetón es rey. Los hay de mediana edad de apellido Casellas, blancos blanquísimos y los hay jovenes, de apellido Amador, negros. Los hay con posiciones de poder y los hay en las gradas. Los hay capitaneando el Senado y los hay dirigiendo un punto de drogas. Los hay en cualquier barrio, matan a su pareja porque consiguió un trabajo y le dan celos.
¿Será muy difícil lograr que regrese el humanismo a los humanos? ¿O tendremos que vivir con pánico y rendir pleitesías hasta al que te bloquea la salida?
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